Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses aseguran que no existe un examen único que pueda diagnosticar el TDAH. Esto es porque el proceso de detección requiere de varias etapas.
Por eso, ellos recomiendan primero hablar con un profesional de la salud mental, psicólogo, pediatra o psiquiatra. Esto con el fin de descubrir si los síntomas presentados en verdad se relacionan con el diagnóstico en cuestión.
Por su parte, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, 2013) aconseja que dicho profesional observe por un tiempo la conducta del niño a diagnosticar en sus diferentes contextos socioculturales.
Se estudia especialmente lo que pasa en casa y en la escuela.
Eso le permitirá determinar, además, si es TDAH o si tiene otra condición como depresión, ansiedad, etc.
Entonces, ¿Cómo saber si realmente es TDAH?
Un documento útil y actualizado para la detección del trastorno es el Manual médico y estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM-5, quinta edición).
Este funciona como un estándar que facilita el correcto diagnóstico y tratamiento del TDAH.
La prueba considera los aspectos más importantes para la detección y los enumera en una serie de criterios tales como la falta de atención (poca retención, desorganización, distracción…), hiperactividad e impulsividad (moverse, trepar, hablar…), y otras condiciones que deben cumplirse para llegar a una conclusión adecuada.
Entre estas condiciones destaca el hecho de que los síntomas coincidan en varios contextos, por ejemplo el familiar y el escolar, y/ o que éstos estén afectando su calidad de vida y/ o desempeño.
Y una vez que se realiza el diagnóstico, de acuerdo con los síntomas presentados puede existir tres tipos o manifestaciones del TDAH, las cuales son las siguientes:
1. Presentación combinada de síntomas de falta de atención y de hiperactividad/ impulsividad
2. Presentación de la falta de atención como criterio dominante (no hay suficiente presencia de hiperactividad/ impulsividad pero sí de falta de atención)
3. Presentación de la hiperactividad/ impulsividad como criterio principal (se presenta éste pero hay síntomas de la falta de atención)
Hay que recordar que un diagnóstico no es inequívoco, universal ni eterno.
Conviene siempre asegurarnos de fue hecho correctamente por un profesional, y que así como la conducta humana cambia con el tiempo y/o la realidad, también puede cambiar el diagnóstico.
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